Hoy al medio día salí hacer una diligencia, pero aun no estaba lista, me dijeron espera media hora, entonces fui a dar vueltas por las estrechas calles de Puno “Capital del Folckore Peruano” , el sol como todos los días dueño de la ciudad, sofocante, sus rayos no calientan queman, justos iba vestida toda de negro, con el cabello seco y tenía mucha sed, me pare durante 3 minutos observando el semáforo, la ciudad estaba vacía, creo que es por el aniversario de la cuidad (341 aniversario), no había mucho tráfico, no supe que hacer, camine por el pasaje peatonal Lima hasta llegar al Parque Pino que está unida con la Plaza de Armas, justos dando la vuelta vi un grupo de personas fuera de lo común, pero no son tan comunes en todos lados siempre hay personas como ellos, pero en ese momento ellos eran singulares entre los habitantes puneños, así que decidí, sentarme y observarlos, (como no tenía nada que hacer), repito el sol estaba insoportable que sofocaba, ya una vez sentada al oeste del parque, justos ellos se encontraban en medio, las piletas abiertas, tenía muchas ganas de mojarme con el agua que brotaba, los observe durante 30 minutos, eran 4 masculinos, entre una edad de 23 a 30 años o quizá menos o más, 3 sentados y 1 parado, en el piso habían: bolas, clavas, diábolo, platos chinos, monociclos, aros, mazas y toda la parafernalia que define a este tipo de artistas.
Él muchacho parado, tenía cabellos semi-largo, color Cataño rubio, alto delgado, blanco, cubierto de un sombrero verde, vestido con una chaqueta verde oscuro, pantalón verde claro, sandalias negras al cual llamare “Verde Claro” , lo llamare así ya que desconozco su nombre, lo observe durante algunos minutos los malabares que hacía con sus “mazas” , estaba en pleno entrenamiento. Uno de los que estaban sentados se paro y le dijo; mira como lo hago, tomo de las manos del muchacho “verde claro” (las mazas), aparentemente unos 30 años, piel morena, cabello negro, no muy alto, tenía varios tatuajes, hasta en el rostro, no puede distinguirlo, traía un tatuaje Tribal Maorí en el hombro y brazo, y en realidad era muy bueno con las mazas, con una personalidad bastante proactiva…enseguida el chico “Verde Claro” lo acompaño y juntos inventaron nuevas piruetas en el aire.
De pronto mire hacia donde estaban los demás muchachos, y dije wow!!! Él chico que estaba sentado en la punta de acera que cubre el Monumento del Dr. Manuel Pino, héroe de la Guerra con Chile; fue construido en 1901 por el pueblo de Puno. Tenía la espalda desnuda, los brazos y hombros bronceados por el sol altiplánico, también poseía tatuajes, en el brazo un Ouroboros, en la pierna derecha un tatuaje tribal, cabello corto castaño, ojos color miel, bermuda verde militar, pies descalzos con las plantas sucias y al costado ojostas negras, me quede asombrada un chico tan guapo en esa situación, deje volar mi imaginación, pensé durante un momento, él debe amar su vida, él sabe lo que hace, él sabe lo que quiere de su vida, lo admire, de un momento a otro ya no lo mire con lastima sino con admiración, se paro, cogió su polo negro gastado sin mangas, era alto con una postura varonil, camino unos 3 metros para sentarse en la sombra,( ya era hora), el sol era demasiado fuerte con esa piel tan delicada como habrá soportado, paso ante mí, se dio cuenta que tenía mi mirada puesta en él, igual no deje de mirarlo, como no iba hacerlo si en esos momentos lo estaba admirando, esa caminada con los pies descalzos, se sentó bajo el árbol junto a unos sujetos que lo veían quien sabe ¿cómo? estoy casi segura no como yo.
Luego me fije en el chico de polo rojo, se paro y se dirigió hacia el Jr. Lima, a las justa y lo vi.
Dentro de unos minutos, se apareció una mujer alta, cabello corto castaño, pestañas largas era notorio, ojos claros, con caminada relajada, inhalaba y exhalaba un cigarrillo, cantando una canción de Niña Pastori (vivo así, paso las noches sin dormir, de la manera que elegí, para poder contarte y quiero cantar, contigo hasta la muerte, y quiero que recuerdes, todo lo que canto, que es parte d mi vida y a mi corazón le duele. Puede ser que nos veamos otra vez con otros ojos no lo sé y tu no digas nada, pude ser que nos veamos otra vez con la misma mirada.,) llevaba pantalones "baggy", zapatillas planas color verde, un top negro y rojo, realmente era bella y nuevamente regrese a mi pensamiento sobre ellos, y ellos si saben lo que quieren de su vida.
Rayos!!! Lo olvidaba tenían un perro del cual si se su nombre, “ICA” es parte de ellos, el hombre proactivo le demostraba mucho amor, y la chica de los pantalones “baggy” le hacía caricias, mientras él chico descalzo los veía con alegría y una hermosa sonrisa y el chico “Verde Claro” seguía con sus mazas inventando, seguramente, en algún lugar de su memoria recuerdan a su familia, oí a uno de ellos mencionar Colombia, Ecuador y Chile.
Estos jóvenes nómades que parecen juglares modernos, estos jóvenes viajeros, ellos que se sienten cómodos cuando tienen entre las manos un objeto con el cual pueden inventar piruetas en el aire.
Estos jóvenes, agrupados por naciones diferentes, idiosincrasia diferente y a la vez la misma, optaron por bolas de plástico, clavas, diábolo, platos chinos, monociclos, aros, mazas, etc. Antes que aulas universitarias o tal vez si lo hicieron, ojala me hubiera animado a conversar con ellos, estas personas que eligieron tomar los semáforos como escenario para "entrar en armonía con el elemento".
Aun no tengo claro a qué grupo social, comuna pertenecen ¿’?, los relaciono con gitanos y hippies o al menos tienen esa casta, (creo yo) porque; por que se caracterizan por la anarquía no violenta, el rechazo al materialismo, capitalismo y comunismo. Su estilo psicodélico y seguramente inspirado por drogas alucinógenas (si no es cierto discúlpenme).
Me agradan bastante son convencionales, según yo consideran mediocre y aburrido el mundo “burgués” e iniciaron una búsqueda hacia una vida espiritual y en contacto con la naturaleza, con cosas nuevas, por eso viajan país en país, ciudad en ciudad, duermen a la intemperie (eso lo sé porque hace algún tiempo caminando por él malecón se me acercaron dos muchachos, una colombiana y él otro argentino, entonces me ofrecieron unas pulseras de “pita”, tu voluntad me dijeron, solo es para comer, en donde durmamos no es problema, en ese momento yo andaba cabizbaja, por poco agarro unas cuantas cosas y les pido que me dejen ir con ellos, pero pensé mi familia, la Universidad, mi vida, entonces dije yo no pertenezco a ellos, soy una miedosa que no soy capaz de enfrentar esa vida que ellos escogieron). Por lo que vi a ellos no les interesaba cambiar a la sociedad.
